Queridos vecinos,
A propósito de la polémica que se ha generado por la intervención de la Plaza Nueva Delhi, me gustaría referirme a dos aspectos: primero al local de la plaza propiamente tal y segundo, al espacio público en su rol de integración social.
Respecto a la Plaza Nueva Delhi es importante indicar que el óvalo con los saltos para skate fue desarrollado de manera espontánea y no corresponde a un diseño profesional desarrollado por el Municipio o alguna otra entidad acreditada; sino más bien una suerte de plataforma que se fue improvisando por los jóvenes que practican este deporte. En ese sentido, este espacio servía para cubrir la necesidad de los vecinos que querían practicar el skate, pero no contaba con las condiciones adecuadas de diseño para la seguridad de los jóvenes, ni con el espacio apropiado para ello.
Debido a la escala de barrio del sector, con una plaza de tamaño medio y viviendas de uno o dos pisos a pocos metros del lugar, los ruidos asociados al deporte se trasformaban en ruidos molestos. Lo anterior, se suma a que algunos jóvenes (y no tan jóvenes), se apropiaron de este espacio para usos distintos a los deportivos o recreativos, como el consumo de alcohol y drogas, el rayado de la plaza entre otras malas prácticas que trajeron inseguridad y deterioro al barrio.
Ciertamente nos enfrentamos a un dilema ¿Qué es más importante, el derecho a vivir en paz en nuestros hogares, o el libre uso de espacio público? No es un asunto sencillo ¿dónde encontrar el equilibrio? Yo creo que la libertad de unos limita donde afecta la calidad de vida de otros, en mi opinión se debe privilegiar el descanso y seguridad en nuestro espacio más íntimo, que es nuestro hogar.
Hace algún tiempo, los vecinos del barrio se acercaron al municipio para exigir se revirtiera el deterioro e inseguridad del sector, impulsando esta intervención puntual en la plaza. Es entonces que se decidió eliminar cerca de 300 m2 de pavimento del centro del óvalo y retirar las estructuras para la práctica del skate, transformando el espacio en un lugar para juegos de niños, y consolidando la plaza como un lugar de encuentro familiar enfocado en los más pequeños. El óvalo exterior se mantiene, conservando el uso para niños que quieran patinar, andar en scooters o bicicletas. En paralelo se ha realizado un proceso de participación ampliado con los vecinos y usuarios de la plaza, para una renovación integral de ella, la cual aún no se ha cerrado por las dificultades de la pandemia.
Como Municipio debemos hacernos cargo de los distintos grupos etarios, por lo cual se está trabajando con los jóvenes que practican skate para diseñar y construir un espacio de calidad apropiado para ellos, donde se resguarde la seguridad de los jóvenes y el entorno.
Finalmente me gustaría reflexionar sobre el rol del espacio público en la sociedad, soy un convencido de que las plazas, los parques y paseos urbanos son fundamentales para construir una sociedad más integrada y feliz, debemos seguir avanzando en el mejoramiento de los espacios públicos en todos los sectores de la comuna, mejorando la iluminación, los mobiliarios públicos, los juegos, la accesibilidad universal, la vegetación, el diseño paisajístico sustentable y la seguridad.
Para los que hemos tenido la oportunidad de viajar a países desarrollados y recorrer sus ciudades, lo que más admiramos, o al menos yo, es la calidad del espacio público, el deporte al aire libre, la vida sana en las calles, parques y plazas que disfrutan todos sus habitantes sin distinción. En La Reina hemos priorizado este tema, intentando ser ejemplo de integración urbana para la ciudad de Santiago y el país. A nivel nacional debemos avanzar en un desarrollo equitativo de los espacios públicos, debemos invertir con fuerza en las comunas más vulnerables. La desigualdad entre los espacios públicos de las distintas comunas no es aceptable; estoy seguro que si avanzamos con proyectos como el Parque de la Familia en Quinta Normal, en los distintos sectores de la Región Metropolitana, lograremos ir saneando en gran parte la injusticia en la distribución de los recursos públicos. Para eso necesitamos buenos servidores públicos y políticos comprometidos a todo nivel, con el bien común, con la ciudad y la calidad de vida de sus habitantes.
¡Finalmente todos debiésemos buscar que los chilenos sean más felices!
Concejal Manuel Covarrubias Cerda
Arquitecto